Jack Eaton fue quien le puso el nombre a este lugar cuando lo descubrió hace ya tiempo, puesto que se desconoce su nombre original. ChíCuando este explorador llegó al lugar, además de impresionarse por su belleza arquitectónica con estilo ecléctico, le llamó la atención el edificio II, en cuyo frente se puede admirar un enorme rostro del dios Itzamná, dios de la sabiduría, por lo que se cree que el recinto fue construido en primera instancia para recibir a nobles, sacerdotes o cualquier perteneciente a la clase élite.

La importancia del sitio radica en que es, probablemente una de las zonas con mayor número de edificios tipo “Río Bec” en buen estado de conservación. Y, por su cercanía con la antigua ciudad de Becán -tan sólo 8 kilómetros-, se cree que tuvieron una estrecha relación comercial y buenas alianzas. Por ello, los expertos e investigadores han llegado a la conclusión de que lo que propició su abandono por parte de sus habitantes fue la caída de Becán, a inicio del siglo XIII. La cronología es del año 300 a. C. a 1100 d. C. Por lo que cuando los españoles llegaron, ya no había nadie en el lugar.

Cómo llegar:

Se encuentra sobre la carretera 186 en el kilómetro 141, que va de Escárcega, Campeche a Chetumal Quintana Roo. La parte central se encuentra a 500 metros al sur de la carretera, se llega a él por medio de un camino de terracería y se topa con una caseta del INAH.

Horarios:

Acceso al público es de lunes a domingo de 8:00 a 17:00 horas.

Precio:

El precio al público es de 43 pesos.